Conclusiones

Que rápido pasa el tiempo. Es una frase muy recurrente en ésta sociedad, que generalmente se usa cuando has vivido una series de experiencias buenas y malas, generalmente buenas, en periodo de tiempo también generalmente breve. En mi caso, puedo usar esa frase.

Empece las prácticas con muchas ganas, no sólo por los motivos propios de ésta, si no por que la docencia me ha gustado de siempre, y iba a poder ser la primera toma de verdadera de contacto. Además, al ser en mi ciudad, me suponía el regresar a mi casa y a la vida diaria de ésta durante estos meses, que desde hace ya 7 años, los he vivido fuera, tanto en Salamanca como en Badajoz. Todas las noches tenía ganas de ver que es lo que le tocaría dar a mi profesor, y así, en algún momento de la clase, y nunca interrumpiendo, pero poder dar algún dato curiosos sobre el tema expuesto, y que así me permitiera tomar contacto poco a poco con los alumnos. Cada vez que levantaba la mano para comentar algo, me estremecía a causa de los nervios, cosa muy rara en mi, tal vez provocada por el hecho de intentar hacerlo lo mejor posible cada vez que abría la bocal.

Los días fueron pasando poco a poco, comencé a poder dar clases, al principio dos días yo y otros dos días el profesor, siempre guiado por mis diapositivas y esquemas en medio folio, y intentando sobrellevar al principio los dichosos nervios, que fueron desapareciendo conforme iba dando las lecciones. Además, intentaba casi siempre que se podía y que previamente me lo había preparado en mi casa, contar alguna historia, ejemplo, relacionado con el tema, pero que a mi parecer les resultara cuanto menos interesante al alumnado. Recuerdo uno de los días explicando el IRPF y sus % para cada ciudadano, en el que utilice a personajes famosos del mundo del deporte muy conocidos y mostrando las situaciones de cada uno ante la hacienda española, y la verdad tubo muy buena acogida por parte del alumnado.

Ahora, después de dos meses, en los que me he ganado cuanto menos el cariño de parte de la clase, o al menos su respeto en el aula ( aunque tengo que decir que desde el primer momento se han portado genial ), se acaban las práticas. Ya me sabía sus nombres, hablaba con muchos de ellos en los descanso de las clases de temas muy diversos, desde el fútbol hasta hablar de la universidad y de mi paso en ella por ejemplo, pero sobre todo, se veía ya una relación profesor-alumno, no como al principio que era un chico de prácticas que estaba sentado atrás y que igual que entraba en clases, se iba al final.

Que rápido pasa el tiempo, me lo he pasado genial, he aprendido mucho sobre un nuevo oficio que por que no, puede ser el mío en el futuro, he conocido a un gran profesional en su materia como ha sido mi tutor en el instituto, y a unos alumnos, que olvidando tanto la edad como las hormonas, han sido excepcionales conmigo. Una experiencia inolvidable.

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